El coleccionismo es, sin duda, una pasión; algunos podrían decir que es incluso una enfermedad. Esta colección tiene algo de ambas. Fue integrada a lo largo de casi 50 años, e ilustra parte de la evolución de la disciplina médica: comprende instrumentos y documentos tanto de medicina como de farmacia. La medicina moderna, aunque cada vez más influenciada por la norteamericana, tiene su origen más sólido en los saberes europeos, en los que inicialmente cada médico ideaba sus propios instrumentos y eran los herreros o los maestros cuchilleros quienes los realizaban para su uso. A mediados del siglo XIX, gracias a Joseph-Frédéric-Benoît Charrière, la fabricación de instrumentos médicos se industrializó y, por primera vez, se estandarizó.
Dentro de esta colección, destacan los materiales usados para la fabricación de instrumentos médicos antiguos. Antes de que se demostrara en 1867 la importancia de la antisepsia, muchas de las herramientas tenían cachas o mangos de madera, concha, hueso o marfil, lo que les da un aspecto muy atractivo, a pesar de que los hacía imposibles de desinfectar correctamente. Después de esa fecha, estos materiales se dejaron de utilizar paulatinamente.
Cada pieza que presentamos tiene una historia por contarnos, relacionada con su diseño, fabricación y usos. Detrás de cada libro e instrumento hay relatos que no debemos pasar por alto. Estos libros fueron leídos a la luz de la vela, fueron consultados innumerables veces, algunas de ellas por un médico angustiado ante el paciente doliente o moribundo. Muchos de estos objetos pasaron de maestros a alumnos, o de padres a hijos por varias generaciones. Los instrumentos y medicamentos de la colección fueron utilizados por los doctores en su afán de mejorar las condiciones de salud o de salvar la vida de sus pacientes. Si hoy en día nos escandalizan algunos de ellos, hay que recordar que, pese al sufrimiento que tuvieron que soportar los pacientes en el camino de su tratamiento, en la mayoría de los casos su estado de salud mejoró, su dolor menguó y su vida tomó un camino más llevadero. Hoy estamos aquí gracias a esos médicos y a esos pacientes.
Aunque hoy pueden parecer extraños los remedios y métodos que se usaban en el pasado, no debemos olvidar que cada objeto responde a los conocimientos de su época. Si bien hoy no pueden continuar utilizándose para el quehacer médico, estos asombrosos objetos poseen un valor histórico incalculable, pues forman parte de la historia de la medicina.
Lo invitamos a adentrarse en el mundo del coleccionismo, conformando e incrementando su propia colección con los tesoros del pasado que en esta ocasión le presentamos.
Morton Subastas